Frank, presentador de las noticias de la televisión local en Birmingham, es conocido por sus chistes malos y su falta de ambición. En su tiempo libre, cumple con una extraña costumbre: acudir a los entierros, a menudo como único asistente, de aquellos que mueren solos en la ciudad y que nadie echa de menos durante días, semanas o incluso meses, pero que son mencionados brevemente en las noticias. Por otro lado, vive obsesionado con la muerte de su predecesor en la televisión, el glamuroso pero envejecido Mikey Church. Frank quiere resolver el misterio que rodea el atropello de Mikey, en el que el conductor se dio a la fuga. Ésta es una novela sobre la amistad, el paso del tiempo y cómo reinventarse a uno mismo, una novela que se hace las grandes preguntas de manera muy amena, que te hace reír a carcajadas, te conmueve y, ante todo, te levanta el ánimo.