Guinea, 1962. Sólo un detalle insignificante no cuadra en la prematura muerte de Lázaro Pedralbes. Sin embargo, no pasará desapercibido para el protagonista que, siguiendo lo que intuye como un inquietante rastro de sangre en el que se halla implicada gente poderosa, emprenderá un peligroso viaje clandestino a la colonia española en África. No llegará a cumplir el objetivo: su osadía, por el contrario, le conducirá a realidades mucho más siniestras de las que podía imaginar, viéndose atrapado en una frenética pesadilla que, entre cadáveres, le obligará a luchar por su vida y por la libertad.