Khutulun, además de ser una hermosa princesa, es una de las mejores luchadoras de todo el continente; tanto es así que no paran de llegarle pretendientes, los cuales, si quieren desposarse con ella, deberán derrotarla en un combate de lucha. Si pierden, deberán pagar cien caballos. El último de los pretendientes, Nergüi, se trata de un diplomático enviado por el gran khan Kublai, emperador enemigo que desea firmar la paz; pero Nergüi es en verdad un traficante de armas que lo que desea es que no se llegue a una paz, para eso se alía con uno de los generales del padre de Khutulun, Qurumsi, quien también fue un pretendiente, y ambos deciden inculparla. Gracias a un aviso que le dio un soldado al que salvó hace años y a su amiga, consigue huir y deberá sobrevivir al duro invierno, pero es ayudada por muchos, entre ellos, su antiguo maestro, que le enseñó habilidades únicas para adiestrar animales, etc. En su viaje descubre quién le había inculpado y trata de buscar venganza, entre ellos, su padre, porque no creyó en su inocencia. Al llegar donde el enemigo, se alía con unos rebeldes y empieza a sentir un cariño especial por su jefe, Liao, un ingeniero que al morir su padre tomó las riendas de la banda. Ella se acaba uniendo y acaba aprendiendo que fue injusta con su padre por no defenderla y que un verdadero rey debe hacer cualquier sacrificio por su pueblo. Al final, consigue desenmascarar a los traidores y parar la guerra.