Jane tiene una mantita de color rosa, cálida y suave, con la que se duerme plácidamente. Si Jane está triste, lo que más la consuela es abrazarse a su mantita; incluso la prefiere a las muñecas. Jane crece, y deja de dormir en la cuna; también aprende a hablar, a caminar. Sin embargo, por la noche siempre regresa a la calidez y suavidad de su manta rosa. Pasan los años y, un día, Jane, que se ha resistido a desprenderse de su mantita, pero a la que ya no acude en busca de consuelo, comprende qué puede hacer con ella. La manta de Jane es un hermoso cuento sobre la maduración, y sobre cómo, con el paso del tiempo, a todos, niños y adultos, nos llega un momento en que, con la mayor naturalidad, nos desprendemos de cosas que nos transmitían seguridad y que creíamos indispensables. El prestigioso dramaturgo Arthur Miller, autor de piezas tan memorables como Muerte de un viajante o Las brujas de Salem, es el autor de este delicioso relato, bellamente ilustrado por el dibujante norteamericano Al Parker.