Cuando el padre de Leberecht Hamann murió, éste y su hermana fueron confiados a la tutela de un rico mesonero y de su joven y bella esposa, Martha, de la que el muchacho se enamoró en seguida. También surgió muy pronto una irreconciliable enemistad entre éste, librepensador como su padre, y el hijo del posadero, que estudiaba para jesuita. Leberecht, con la intención de borrar la mancha de herejía que planea sobre su padre, cumplirá paso a paso con el misterioso legado que éste le dejó al morir. Junto con Martha, convertida ahora en su amante, iniciará un periplo que lo llevará a recorrer la Europa renacentista, un mundo plagado de charlatanes, adivinos, alquimistas y astrólogos. Llegará a la lejana Roma, donde la cúpula de San Pedro se alza como símbolo del gran poder papal. Pero Leberecht se convierte en una amenaza para la Iglesia y para la civilización occidental, pues tiene en su poder algo más temible que el mismísimo día del Juicio Final: la obra proscrita de Copérnico. Nadie puede hacer frente a Leberecht y a su inmenso poder; nadie excepto su antiguo rival, el hijo del mesonero convertido ahora en jesuita, el único que conoce la clave para liberar al tiempo de sus limitaciones y cambiar así el curso de los acontecimientos.