Retrato con tintes humorísticos de la vida de una familia china en Estados Unidos. Ese día Tom había comido demasiado: un almuerzo chino seguido por una cena china, después de haber pasado hambre en el buque de carga durante cuarenta y cinco días. En su cerebro había niebla y un poco de vértigo y sólo quedaba el recuerdo de la ingestión de bocados de inagotable arroz, aceitado por la copiosa salsa y las voluptuosas porciones de tofu frito en grasa. [pág: 6 del libro]