Josefina Aldecoa utiliza el símil de esta planta trepadora para indagar lúcidamente en la psique del alma femenina. Un contrapunto obsesivo, en el que dos mujeres alejadas en el tiempo definen sus miedos, sus incomprensiones, sus debilidades y lamentos. El amor, la maternidad, la soledad y el propio ego; serán las trampas acuciantes por las que se verán aprisionadas y desamparadas en su recorrido existencial. Despertares líricos y sensoriales que sirven para saber lo que uno tiene dentro de sí; al igual que los frutos tienen sus pepitas, simientes o semillas, que algún día volverán a germinar...
hace 8 años