Contra un arte del genio reservado a unos pocos, la Francia del clasicismo se decantó por el arte de la conversación, abierto y expansivo, propicio a la sociabilidad y a la negociación. El descubrimiento de la pulcritud en los textos en prosa requiere de una auténtica diplomacia del ingenio. Su floración viene acompañada de una nueva primavera en los géneros literarios. Ni el ensayo, ni las memorias, ni la correspondencia, ni las recopilaciones de los moralistas habían encontrado antes unas condiciones tan extraordinarias. Consagrados a las figuras más elocuentes del primer Parnaso francés, los dieciséis ensayos reunidos en el presente volumen dan cuenta de esa función original de la literatura en el contexto de la cultura francesa: la prosa se convierte tanto en asunto de estado como en efectivo lazo de socialización. Centrado en un momento especial de la formación cultural europea en la que Francia tiene un papel sustantivo, los ensayos del profesor Fumaroli nos iluminan sobre la construcción de un concepto de sociedad.