En el Prefacio el autor escribe: “mi objetivo es diseccionar un cáncer social que ha provocado literalmente la infelicidad y la frustración de millones de seres humanos, en especial de mujeres y adolescentes.” Psiquiatra y psicoterapeuta con muchos años de experiencia, Augusto Cury bien podría haber escrito un ensayo sobre lo que él denomina síndrome PIB (patrón inalcanzable de belleza), un estereotipo de belleza insano e irreal al que se encuentran expuestas las mujeres de todo el mundo a través de las imágenes que reciben desde los medios de comunicación (modelos anoréxicas, muñecas con falsas proporciones y todo tipo de mensajes subliminales). En cambio, elige acercarse al lector con una novela en la que Elizabeth, gerente editorial de una revista moderna dirigida al público femenino, irá descubriendo, junto con su hija Sarah, de dieciséis años, y que ha intentado suicidarse, como ha llegado su vida a ese extremo de auto rechazo. Con la ayuda de Marco Polo, un psiquiatra que sin duda en lo profesional es el “álter ego” del autor, irán transformando su vida e iniciarán un movimiento mundial para detener esa dictadura de la belleza que aniquila la autoestima. Pero no será un camino de rosas. Se intercalan también en el hilo principal otros ejemplos mediante los cuales se expone y cuestiona el drama de muchas personas que viven para la imagen en vez de usar la imagen para vivir. Aunque no destaca por su calidad literaria y en ocasiones peca de repetitivo y utópico, este libro es una llamada a provocar una pequeña revolución en el interior de cada ser humano y descubrir esa “belleza que está en los ojos del que mira.” (Esther Rodríguez)
hace 12 años