Escrita y leída en blanco y negro, uno se nota polvoriento y gris mientras avanza el libro. Novela sobre la soledad, sobre el instinto de supervivencia, que el personaje vive como padre, intentando seguir llevando "el fuego", que es el hijo. Se hace patente el terror a la soledad, tan intenso en el padre como en el hijo. La capacidad de asumir tragedias que se suceden en cadena, y hacen normalizar lo terrible, introducir en la conversación diaria la posibilidad de abandonar la vida. La muerte como enemigo diario acaba siendo un compañero presente en el día a día, condicionándoloo todo. Cada día amenaza con llegar. En alguna crítica se mencionan como aspecto negativo las repetidas escenas de búsqueda de alimentos, ropa, armas y cobijo, pero creo que se logra de esa manera transmitir la situación de los dos personajes. Su día a día. Igual intención se percibe por la falta de signos de puntuación o de guiones que marquen las frases de los personajes.
La novela no intenta sacar una moraleja de la situación, no se cuestionia ni se habla mucho de las causas de la apocalipsis que da origen a la historia. No se buscan culpables ni moralizar. Es lo de menos. Se trata de una historia de supervivencia y esperanza.
El final puede ser bueno, si nos vamos a la literalidad, o malo si pensamos que se trata de un sueño feliz que acompaña a la muerte. Como dijo una vez el padre a su hijo, los sueños felices significan que has abandonado.
hace 5 años
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