Tras reinterpretar la historia de Jaacob - descendiente directo de Abraham y padre de José- en el primer volumen de esta tetralogía, Mann se adentra ahora en la juventud de José empleando en cada episodio, frente a la austeridad del texto bíblico, su prosa más experimental y confiriendo a la obra un tono sereno teñido de ironía. En un acercamiento humanizador a las figuras más legendarias de la antigüedad, Mann dota a José de todas las virtudes y debilidades del hombre para ofrecer una emocionante respuesta a la crueldad del ser humano.