Evangeline Ames busca refugio en el jardín de Crystal Gardens, una antigua abadía reconvertida en vivienda, cuando un asesino a sueldo irrumpe en la casa de campo que tiene alquilada durante unos meses, con intención de matarla. Lucas Sebastian, su actual propietario, le brinda su protección mientras él sigue con su investigación sobre la reciente muerte de su tío, que intuye no fue accidental y guarda relación con los extraños sucesos paranormales que están ocurriendo en los jardines de su casa. Evangeline y Lucas tienen algo en común: ambos poseen habilidades psíquicas que utilizan para ayudar a otras personas. El joven propietario de Crystal Gardens tiene un don para analizar la conducta criminal y colabora con Scotland Yard en algunos casos de homicidio, mientras que Evangeline trabaja junto a Beatrice y Clarissa, en una agencia privada de investigación. Esta romance histórico tiene un alto componente paranormal, ya que tanto los protagonistas como muchos de los personajes secundarios poseen facultades psíquicas y la trama principal gira alrededor del poder mágico que se desprende de los jardines de Crystal Gardens. Sin ser una obra excesivamente extensa, la autora logra mantener la expectación sobre todos los misterios que se plantean -una muerte en extrañas circunstancias, un tesoro oculto, un jardín mágico y un intento de asesinato- y estos se van resolviendo paulatinamente. Durante la narración he detectado algunas repeticiones en su esquema (en varias ocasiones, el personaje plantea dos veces la misma suposición) y lo que menos me ha convencido es que la historia de amor se desarrolla de forma muy abrupta. Quizás en una novela contemporánea no estaría fuera de lugar, pero creo que en esta historia, ambientada en el siglo XIX, no es del todo congruente y además, me ha chirriado la excesiva rapidez con la que Lucas y Evangeline confían el uno en el otro, más aún sabiendo que ambos ocultan muchas cosas. Descubrir prematuramente quien era el asesino del tío de Lucas tampoco ha ayudado mucho a mejorar mi opinión sobre esta novela, aunque admito que el misterio que rodea Crystal Gardens me ha tenido enganchada a sus páginas... Pero eso sí, he acabado de la palabra "energía" hasta los mismísimos brotes. La historia se da por concluída sin que sepamos qué poderes poseen las otras dos compañeras de Evangeline y eso representa un buen aliciente para continuar leyendo las otras dos entregas, en un futuro.