De nuevo estamos ante una historia que forma parte de una saga que presenta un mundo supremacista, altamente oligárquico, regido por un monarca, que recuerda al de los cuentos de hadas, pero donde la situación de las mujeres es totalmente precaria, carecen de derechos e incluso tienen prohibido saber leer. Es por tanto un mundo donde impera una vez más un pensamiento dualista llevado al extremo y que no carece tampoco de una buena dosis de amor romántico. No obstante, al ser la primera parte de la historia, está aún por ver en que desembocará ese presunto romanticismo. Iron Flowers es una novela de fantasía, pese a los que se resisten a calificarla de dicho modo porque relacionan la fantasía con elementos mágicos o sobrenaturales y no como lo que realmente es, la recreación de un mundo, de una historia o de imagines que no existen en realidad, contengan elementos mágicos o no. Iron Flowers es pues una novela de fantasía, digan lo que digan y una distopía. En Iron Flowers nos encontramos con dos protagonistas, dos hermanas muy diferentes, Serina y Nomi, con historias que avanzan paralelas, en alternancia de capítulos, que van evolucionando y transformándose. La trama se conforma una vez más bajo la influencia de otras sagas de gran éxito entre los jóvenes y, sin embargo, no carece tampoco de cierta originalidad e interés. De hecho, que estén surgiendo tantas historias de denuncia de mundos patriarcales, en mayor o menor medida semejantes al nuestro, es muy indicativo del grado de necesidad de la sociedad en que vivimos, y de las mujeres especialmente, de continuar rechazando el supremacismo, las jerarquías, la distinción, la separación, lo que comúnmente conocemos como machismo y que no es otra cosa que pensamiento dualista y proseguir la lucha en busca del equilibrio, la aceptación, la conciencia, el pensamiento no dualista en definitiva, denominación preferible quizá a la de feminismo…
hace 5 años