En Inferno, Dan Brown utiliza su fórmula más que probada en libros como Ángeles y Demonios y El Código Da Vinci. Así, nuevamente nos encontramos con el carismático y eidético profesor Robert Langdon, envuelto en una intriga a nivel internacional que, por supuesto, debe resolver contra el tiempo, acompañado por una hermosa e inteligente joven, a través de ciudades caracterizadas por ser íconos del arte y el simbolismo, y en que, llegando al final, no todos son lo que dicen o parecen ser.
Y aquí lo sorprendente... la fórmula vuelve a funcionar. Claramente no alcanza el nivel de Ángeles y Demonios (mi favorito), pero es una novela que mantiene el interés y no decae, con un desarrollo muy ágil de los acontecimientos, lo que no es tan simple considerando que el libro completo se desarrolla en poco más de un día.
A diferencia de las opiniones de otros lectores, un aspecto que disfruto en las novelas de este autor, es precisamente la descripción de lugares y obras de arte, las que siempre van acompañadas de sabrosas anécdotas históricas.
En resumen un libro entretenido, recomendable y con un final que no deja indiferente; de los buenos de Dan Brown
hace 10 años
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