En Hotel Finisterre, Miguel Morey da una vuelta de tuerca a su pensamiento y a su escritura. El punto de partida es un accidente de automóvil y el estado de consciencia entre la vida y la muerte en que queda el protagonista. Realidad y ficción se entremezclan, los objetos se confunden mientras el personaje principal se plantea los grandes temas que desde siempre han ocupado al espíritu humano.