En Madrid existen restaurantes de todas las cocinas regionales y de muy diversas nacionalidades que, con frecuencia, han restado protagonismo a la cocina autóctona. Éste es, precisamente, el objetivo de “Gastronomía de Madrid: cocina, historia y tradición”, el último libro de Ismael Diaz Yubero: rescatar la gastronomía madr ileña tradicional, así como sus costumbres e historias, sus productos más característicos, sin olvidar sus restaurantes, tabernas, mesones, fondas, cafés, hoteles, posadas, pensiones, ventas, panaderías, chocolaterías y pastelerías centenarias. En las páginas de este libro, exploraremos Madrid a través de su historia gastronómica, desde sus primeros mercados, sus ferias y los impuestos al comercio alimentario hasta la cocina del siglo XX, rematando nuestro recorrido con un jugoso recetario donde descubriremos los secretos del cocido, por supuesto, pero también de otros platos más desconocidos, como el gigote de liebre, el manjar blanco, el hipocrás o la sopa trinchada. En “Gastronomía de Madrid: cocina, historia y tradición”, en definitiva, conoceremos mejor a nuestro pueblo gracias a algunos datos sobre lo que han sido las hambres y las abundancias alimentarias, las aportaciones ingeniosas y la influencia de las modas, los refinamientos y la vulgaridad, los avances culturales y los atrasos ancestrales, la caballerosidad y la picaresca, la hospitalidad y el egoísmo, porque todo ello, y otras muchas cosas más, han tenido importancia en la configuración de la comida de los madrileños, y se han ido reflejando en los conduchos de consumo popular, en las verbenas y romerías, en las celebraciones familiares, en los puntos de comercialización, desde las tiendas a los puntos de venta de ultramarinos o coloniales, los supermercados, los hipermercados y las grandes superficies, de las fondas a los hoteles, de las botillerías a las cafeterías, de las tabernas a los restaurantes, de la sopa boba a los menús degustación y, en definitiva, al análisis de la evolución que ha tenido y sigue teniendo, porque está muy viva, la gastronomía madrileña.