Estética del Polo Norte es un libro de viajes que es al mismo tiempo una divagación sobre el meollo de la existencia y la civilización, y un homenaje a la nostalgia. Escrito a raíz de una breve marcha del autor junto con su padre al frío ártico, cumpliendo con uno de los deseos vitales del padre que el hijo se aprestó a regalar, el resultado es tan hermoso como cautivador. Onfray describe, en sucesivos pasos que enmarca como «tiempos», la apabullante y majestuosa naturaleza extrema del lugar que visita. Es imposible no sentirse abrumado ante la magnificencia de todo lo mostrado, de la grandiosidad de un paraje increíblemente duro y castigador, pero místico cuando se escudriña en su esencia. La prosa de Onfray nos transporta con un sentido ritmo poético, que no deja de desmenuzar cada pulsión y latido que emanan del Polo Norte. Y de la naturaleza, la atención se va volcando —de manera natural, en un corrimiento suave y fluido— a los inuit, al pueblo del norte, desentrañando su filosofía y su saber ancestral para, progresivamente, lanzar una sentida crítica al imperialismo y la cultura y civilización únicas, que fagocitan y destruyen lo diferente. Por su belleza, y la deliciosa inmersión en que hunde al lector en sus páginas, creo que es la Estética del Polo Norte uno de los mejores y más subyugantes libros de viaje que he podido apreciar. (Carlos Cruz, 9 de octubre de 2015)
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