La nuestra es una época gregaria donde lo singular está mal visto. Así nos la describe en este libro Félix de Azúa. Y lo hace con la inteligencia y la agudeza que lo caracterizan. Como suele ocurrir con él, no se sabe qué causa mayor admiración en su escritura, si la lucidez o el estilo. Por un lado, los textos reunidos en Esplendor y nada funcionan como poemas en prosa. Una prosa que se hace más acerada (más afilada y más deslumbrante) que nunca al verse sometida a las limitaciones del género brevísimo, la columna. Y por otro, como daguerrotipos de los actores, las escenas y los paisajes del universo extraño en el que habitamos. Fogonazos que iluminan desde un ángulo inesperado cómo somos, dónde vivimos, qué nuevos horrores trae consigo nuestra era. Esplendor y nada es una brillante reflexión sobre nuestro tiempo, una mirada inclemente, humorística y aguda sobre nuestro escaso esplendor y nuestra mucha nada.