Educado desde pequeño para tener un papel destacado en la vida romana, Escipión fue el arquetipo del gran aristócrata, amante tanto de las bellas artes como excepcional conocedor de las artes de la guerra. Su triunfo sobre Aníbal en la batalla de Zama, añadido a otras importantes victorias sobre Antíoco y Filipo V, sentó las bases para la construcción del fabuloso Imperio Romano, pues fundó ciudades, organizó Hispania en las provincias que luego se mantuvieron a lo largo del tiempo e impulsó su definitiva romanización. No obstante, en la cúspide de la gloria, Escipión sucumbió a las intrigas urdidas por sus rivales políticos para despojarlo del poder. Narrada con dos voces yuxtapuestas, la del propio Escipión y la de su secretario y confidente Bostar, esta novela –continuación de Aníbal– recoge desde dos ángulos distintos los rasgos de carácter que, en su grandeza y en su miseria, determinaron no sólo la vida de una persona, sino la de todo un imperio.