Este libro autobiográfico es distinto a cualquier otro. Cada capítulo evoca un recuerdo del pasado a través del filtro de la prodigiosa mente de Judt. Durante sus últimos meses de vida, escribir estas pequeñas piezas le permitió en cierto modo escapar de su enfermedad degenerativa, una prisión que se iba estrechando, y éstas han pasado a ser el contrapunto personal de su obra maestra, Postguerra. Amores, vivencias, imágenes y olores hace tiempo perdidos... todos compiten por la atención de Judt y lo llevan a inesperadas y lúcidas reflexiones sobre la historia, la política y la sociedad hasta formar un elegante arco de análisis. Todo tan simple y hermosamente dispuesto como una casita suiza —un reconfortante e inalterable refugio perdido en las montañas de la memoria—.