Resumen

El viejo Yakushkin posee el don de curar a los enfermos desahuciados por la medicina oficial. El método del curandero no puede ser menos ortodoxo: espera a que el paciente tenga una crisis para gritarle, sacudirlo, atormentar su espíritu hasta quebrar toda su resistencia. La satisfactoria curación del moribundo se obtiene a base de terribles discursos y muy escasa alimentación. Con ironía y patetismo, ingenio y malicia, Makanin nos presenta al enfebrecido Yakushkin en toda su desgarradora evolución espiritual: arribista y vividor, es acusado de estafa y confinado en un campo de trabajo en Siberia, donde a raíz de un accidente tendrá lugar la revelación de su don magnético. De este modo crea para el lector un personaje novedoso que recuerda sin embargo a los grandes protagonistas de la literatura rusa de todos los tiempos.