El óxido del cielo hilvana literatura de viajes, novela, ensayo antropológico, poesía, memoria… con una aguja imperceptible. El narrador es espectador privilegiado de la magia que encierra la vida de sus protagonistas, de un paisaje y una cultura que desaparece silenciosamente ante nuestros ojos. Alejandro López Andrada da voz a la naturaleza y a los habitantes de un mundo rural ya lejano, que permanece en un rincón deshabitado de nuestra memoria. Esta obra cierra la trilogía sobre la desaparición del mundo rural que el autor inició con El viento derruido (Oberón, 2004) y Los años de la niebla (Oberón, 2005).