Una fotografía en la que aparece Ernest Hemingway en una comarca de Lérida, encontrada como marcapáginas al morir su suegro, lleva al narrador de esta historia a investigar qué vínculo podía haber entre el escritor y la familia de su mujer. Tirando del hilo, descubrirá la trágica historia de Antoni Lloret, sastre del pueblo de Sant Sadurní y teniente de alcalde, que se escondió al terminar la guerra, temeroso de la barbarie fascista. Lloret permaneció diez años desaparecido, sus hijos creyeron que había muerto y solo su mujer y su madre conocían su paradero. A los diez años de acabar la guerra, en 1949, Antoni Lloret, viendo que no había ningún proceso abierto contra él, se presentó repentinamente en su pueblo junto a su abogado para regularizar su situación. Pero las cosas no irán como preveían y lo que iba a ser un día de alegría se convirtió en una pesadilla.