¿Alguna vez has escuchado historias de muertos? Óscar Ledesma conoce muchas. Trabaja con ellos y durante cada encargo descubre siempre alguna nueva: en una foto escondida debajo del colchón o en una carta de amor secreta, y hasta en una botella de licor vacía. Y es que siempre que alguien muere sin dejar herederos en la gran capital peruana, él se encarga de inventariar su vida. Puede ser que para algunos sea tétrico manosear las cosas de alguien muerto; en el caso de Óscar, se trata solo de una jornada más. Pero fueron siempre eso, tan solo historias que delatan los fantasmas en los objetos dejados por los muertos. Hasta que un día todo cambia en su complicada vida de mucho alcohol e historias propias de malos y tristes recuerdos; uno de sus muertos se le aparece con una propuesta de fama y dinero. Lo que tiene que hacer para conseguirlos es publicar un libro maldito, El libro del muerto, y pagar también un precio adicional.