En general, hablar sirve para dos cosas diametralmente opuestas: expresar lo que se piensa u ocultarlo. En el primer caso, como ya señaló Quevedo en versos muy famosos, se dice lo que se piensa; en el segundo, se piensa lo que se dice. lo normal es que en cualquier conversación estas dos funsiones se vayan alternando en cada uno de los interlocutores. En una gran mayoría de personas, el gesto, el lenguaje del cuerpo, es compulsivo. Este libro no sólo le servirá para saber lo que realmente piensan los demás cuando hablan con usted y para dar a entender algo con gesto convincente, sino también, y muy en especial, para comprender lo que una persona comunica cuando está callada.