Creo que pocas veces he leído un libro tan tremendamente impactante y emotivo, que logra mantenerte sumergido en sus más de 700 páginas sin dar respiro. Las descripciones de la guerra y en especial de Leningrado sitiado por los alemanes, con todo el paso de suministros cortado, son realmente desgarradoras. La autora nos hace sentir en carne propia el hambre y el frío de la ciudad. Con este escenario de fondo, al que además se suman las ya de por sí duras condiciones de vida de la Unión Soviética antes de la guerra, se desarrolla la historia de amor de Tatiana y Alexandr, que por todos los lados por donde se la mire, está destinada al fracaso. Sin embargo, ambos son capaces de torcerle la mano al destino y logran robarle un poco de tiempo para ellos. Me ha encantado la caracterización y evolución de todos los personajes: los buenos, los malos y los más o menos. Sin duda en algún momento (cuando me reponga) leeré el segundo libro de esta trilogía.
hace 8 años