Próxima a los cuarenta años, Berie Carr se encuentra de vacaciones en París con su marido Daniel, un investigador médico invitado a un congreso. Están en la ciudad de los enamorados, pero el romántico decorado sólo consigue hacer más evidentes los problemas de su matrimonio. Para no pensar en el presente, Berie acude al pasado, a un tiempo donde el amor todavía era un sueño por realizar. Se remonta al verano de 1972, cuando a los quince años vivía en una pequeña ciudad en la frontera con Canadá.