Moore demuestra su asombrosa capacidad de concebir unos personajes con tres dimensiones, hombres y mujeres necesitados de amor, humanidad y, sobre todo, comunicación, para crear un fresco de la sociedad norteamericana contemporánea, de esos Estados Unidos con grandes ciudades sin corazón y pequeños pueblos sin alma, en los que todo abunda excepto la comprensión, el compromiso y la verdadera intimidad.