Una decepción importante. La novela ilustra la vida en una villa vasca tras la guerra civil con acierto aunque las menciones a Franco resulten muchas veces forzadas. El resto, demasiado flojo. La trama se mueve repetidamente hacia una mera cuestión de horarios mientras que las posibles razones para el asesinato de los sospechosos nunca adquieren la suficiente dimensión. Súmese a este hecho la caricaturesca descripción de personajes, con algunos casos (el comisario, por ejemplo) realmente desafortunados, la reiteración absurda de menciones relacionadas con la vocación novelística del investigador, la introducción nunca convincente del asunto de la leyenda o alguna situación relevante inaceptable, incluso ridícula (la entrega de la pistola en la escena final) para terminar de definir una novela que de negra solo tiene el título y la impresión que deja en el lector.
hace 6 años