Antes de morir en el año 36, Micah, el apóstol más querido de Jesús, su confidente, consigna por escrito un mensaje del que dependerá el destino de la humanidad. En 1199, el cruzado lord William de Wymouth lleva el Evangelio de Micah a Inglaterra, donde muere en la hoguera acusado de hereje. El caballero ha logrado confiar el evangelio al monje Elías, que lo esconde y escribe un diario con las pistas necesarias para encontrar tan valioso legado. El diario reaparece mil años después, ya en nuestros días, y desata una carrera por su interpretación. El encargo de descifrar un enigma milenario recae sobre el criminalista Gil Pearson y la investigadora Sabbie Karaim, que deben sortear todo tipo de peligros y traiciones, pues los católicos desean hacerlo desaparecer, los islamistas quieren sacarle provecho y hay quien sospecha que el Evangelio de Micah es la llave para la localización de un gran tesoro.