Toda la obra de Juan Benet está marcada por la desolación, la renovación estética y la experimentación literaria. En "El aire de un crimen", vuelve a aparecer Región; esa comarca enigmática, mítica e imaginaria por la que se desenvuelven sus angustiados y derrotados personajes. Sus narraciones exigen un gran poder de concentración y de comprensión por parte del lector, ya que son historias áridas y resecas, que ocultan una profunda costra de amargura. Hay que bucear mucho para palpar la llaga que supura.
hace 8 años