"El 12º planeta" no es ciencia, ni historia, ni filología; es ciencia ficción disfrazada de ensayo arqueológico. Su éxito radica más en el atractivo de la conspiración y en el deseo humano de encontrar un origen extraordinario que en la solidez de sus argumentos. Si se leyera como una novela de especulación mítica, podría tener valor: es un relato cósmico en el que dioses-astronautas modelan a la humanidad. Pero al presentarse como investigación académica, cae en el terreno de la pseudociencia y la manipulación. En resumen, como literatura fantástica tiene un aura fascinante; como ciencia, es inverosímil hasta el absurdo.
hace 3 meses
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