Resumen

La amenidad, la sonrisa, la inquietud de una amenaza constante se reiteran una y otra vez en esta novela de Alain Robbe-Grillet, que mantiene en constante suspenso al lector incitándolo a resolver un dilema que nunca se disipa. Simón Lecoeur, el narrador, acude exactamente a la hora fijada y entra en un galpón desierto. En la penumbra distingue a un hombre inmóvil, de pie frente a él. "¿El señor Jean, supongo?, dice el recién llegado. "Vengo por el aviso." Al cabo de unos minutos, llega la respuesta: "No pronuncie Jean, sino Djinn. Soy norteamericana". La persona que aguarda al narrador en el galpón desierto no es, pues, un hombre, sino una mujer. Y un momento después, Simón Lecoeur -que se presenta con el nombre de Boris- descubrirá que esa mujer que le ha respondido tampoco es un ser humano, sino un maniquí: la voz no parte de sus labios inmóviles, sino de un sistema electrónico. "Así, pues estoy vigilado por alguien invisible... La joven que me habla puede estar, por otra parte, sentada a varios kilómetros, observándome como a un insecto en una trampa, en su pantalla de televisión." A partir de este instante, los misterios se multiplican sin cesar en las aventuras que corre Simón-Boris. Alain Robbe-Grillet, autor de En el laberinto, deslumbra en este relato por su inagotable capacidad para atraer al lector en los sinuosos meandros de una nueva construcción laberíntica que incita sin cesar a la empresa de descifrar un secreto ahondado a cada instante. Relato de suspenso y a la vez metáfora d3e existir humano enfrentado a su propio misterio, Djinn seduce por su mezcla de ironía y humorismo, que enmascara la radical angustia del hombre empeñado en encontrarse a sí mismo.