Cristina Rausell nos ofrece una amplia gama de personajes y lugares, descritos con detalle, en la cual la historia se articula y la moral corresponde a una imagen más realista de una sociedad que quiere verse en otro modo, que desea una regeneración que los acontecimientos parecen obstinarse, testarudamente, en negar a través de todo un decálogo en CONSTELACIÖN. Mientras algunos podrían pensar que las fábulas están pasadas de moda nosotros defendemos su vigencia, porque en la modernidad las fábulas dan buena cuenta de la hibridación de los géneros literarios: el apólogo se transforma, la fábula sobrevive en otras formas (manuales, parodias, citaciones), pero con nuevas funciones, para renacer después. Y es que a diferencia de las fábulas clásicas, en las modernas del s. XXI, más que el comportamiento singular se representan situaciones sociales: las alusiones políticas, la sátira sobre la sociedad, la profanación de la moral, la valorización de las actitudes anticonformistas.