Esta continuación no tiene ni la fuerza ni la intensidad que el autor había conseguido con "Charlie y la fábrica de chocolate", pero aún así, se deja leer. Roald Dahl es, sin duda, un genio en este género. La diversión y la fantasía son sus claves a la hora de escribir. Todos sus relatos tienen el sello especial de la casa, y triunfan porque son atemporales. Uno de los padres de la literatura infantil y juvenil, con la que nos hemos criado muchos.
hace 8 años