Parece la crónica de un futuro no lejano y de un presente demasiado repetitivo -Voy a abrir. Ésa debe ser mi vecina, la Destripá. ¡Pobre mujer! Ya la verán ustedes. Es famosa en el barrio, porque le retiraron en el hospital de La Paz todo el aparato digestivo, que ahora lleva en un talegón de plástico. La hicieron un trasplante barato, como se lo hacen a tantos miserables. Si han venido a ver estos infiernos, no se librarán de sobresaltos. -Sí, señores, me destrozaron, y milagro fue que me dejasen viva. Me dejaron con cintura de avispa y pudiéndome tocar la espalda por delante. Ya ven ustedes qué miserias y qué desgracias en el infierno delos pobres. No crean ustedes. No da asco, parece un gato pelado que duerme lleno de palpitaciones. No obstante, el libro se hace tremendamente largo.
hace 9 años