En la luminosa mañana del 25 de junio de 1876, 611 soldados del ejército norteamericano cabalgaron hasta los márgenes del río Little Bighorn en el territorio de Montana, donde 3.000 cheyennes y sioux los esperaban para la batalla. Esta es la historia de dos hombres que murieron como vivieron: violentamente. Ambos amaban la guerra, eran agresivos, con un profundo instinto para combatir al enemigo, aplastarlo y matarlo. Caballo Loco y Custer pasaron su vida adulta en las Grandes Llanuras, cabalgando, cazando, combatiendo.