Al acabar el bachillerato, siete amigos deciden volver a reunirse dentro de siete años en la estación de Ueno y regresar juntos a Aomori, su ciudad natal. Todos se mudaron a Tokio para estudiar y labrarse un futuro profesional.
Durante esos años apenas han tenido contacto, pero todos aceptan la invitación de Takashi Miyamoto, el organizador del viaje, para reunirse el uno de abril en la estación de Ueno y volver juntos a casa en el tren nocturno Yuzuro #7.
Uno de ellos, Akira Yasuda, no llega a subir al tren. Sus amigos creen que no ha podido acudir por problemas laborales, pero la realidad es que su cadáver yace apuñalado en uno de los servicios de la estación.
Asesinato en la estación terminal, de Kyotaro Nishiumura, es una novela policíaca con la que el autor ganó el Premio de los Escritores de Misterio en 1981.
Como podéis imaginar, los inspectores Kamei y Totsugawa, responsables de la investigación del crimen, sospechan del grupo de amigos. Sospechas que se acrecientan cuando a su llegada a Aomori, confirman al agente Miura que otro amigo, Shir? Kawashima, ha desaparecido durante el trayecto.
Empieza así una investigación contrarreloj para descubrir si el desaparecido es responsable de la muerte de Yasuda o si alguien intenta acabar con todos los amigos, por alguna razón que se les escapa tanto a los investigadores de Tokio como a los de Aomori.
Es una novela coral en la que no hay protagonistas definidos. La investigación la llevan a cabo dos equipos de policía: el de Tokio que investiga el crimen de la estación de Ueno y el equipo de Aomori que investiga la desaparición de Kawashima, al tiempo que intenta proteger al resto de los amigos.
Además de una trama policíaca redonda en la que se mezclan asesinatos, suicidios y crímenes de habitación cerrada; el autor refleja a través de cada uno de los personajes diferentes aspectos de la sociedad nipona como el sentido del honor, el desarraigo o el apego familiar.
Un libro lleno de giros sorprendentes en el que los trenes y la estación de Ueno son dos piezas más del rompecabezas a resolver.
“Los amigos se cuentan siempre dos veces: en las buenas para ver cuántos son y en las malas para ver cuántos quedan.”
(Ana García, 26 de mayo de 2021)