Tal vez la proverbial inefabilidad del amor no sea tal; huidizo y elusivo cuando se lo nombra, siempre al borde de la cursilería cuando se lo adjetiva, quizá todo se reduzca a cambiar la perspectiva y abordar este sentimiento desde los humildes adverbios; como se afirma en el libro: "El milagro está en los adverbios, en el modo en que se hacen las cosas. El modo en que el amor se manifiesta a pesar de todas las catástrofes"; es posible. Y a hablar del amor se dedica Daniel Handler en las diecisiete narraciones de este volumen, narraciones que, casi a modo de variaciones musicales, hallan eco unas en otras, emparentadas no sólo por el tema sino también por situaciones y personajes, hasta construir una novela poco convencional. Así, el autor nos conduce por algunos de los meandros más sinuosos de la pasión: el amor hetero y el homo, el amor adolescente, el platónico y una variopinta gama de "otras posibilidades amorosas". Valgan como ejemplos: un lío entre un taxista homófobo y su pasajero; un enamoramiento juvenil en un cine; un hombre asesinado que encuentra el amor después de muerto... Y todo sazonado con un ingenio desbordante, irónico y juguetón, salpicado de juegos de palabras, guiños y de ese tipo de inteligencia que busca conmover más que deslumbrar.