“La prosa es lujosa y precisa al mismo tiempo; tiene la nitidez obsesiva del sueño y la estilización del fotograma y la viñeta: como ellos, alude a lo real mediante metáforas (propiamente, metáforas visuales) de lo real. El género es personalísimo: no crítica de cine, aunque la presuponga, sino una síntesis de ensayo, narración y poema en prosa, que otorga a cada página una turbadora fosforescencia. Abierto al azar el libro, se visualiza llamativamente en cualquier pasaje; cerrado después de la lectura, lo que al lector le queda no es meramente un fogonazo ante los ojos –y ya sería mucho-, sino la evidencia de un universo paralelo, no ya el que el cine suscita, sino el que suscita la escritura de Susana Fortes en el cine, la incisión de la palabra en un relato fílmico disgregado de su ordenación narrativa individual y recompuesto en relato verbal, el que organiza el libro, que adquiere así la cohesionada unidad del logro artístico autónomo. Ni se cede a la tentación de la simple nostalgia ni a la facilidad al poetizar: solo así puede alcanzarse la verdadera poesía de lo fílmico” Pere Gimferrer.