Álex Vílchez es un escritor de novelas de suspense que acepta la disparatada propuesta de su editora de escribir una novela romántica, bajo seudónimo. A pesar de su temática -narra la historia de amor de dos zombis que prácticamente se caen a cachos- y contra todo pronóstico, "Tránsito mortal" acaba siendo un éxito en ventas, pero cuando Lucía Magaña, la administradora de una famosa web de reseñas, hace una dura crítica de la novela, esta se desploma en la lista de ventas. Su autor decide contraatacar y hackearle la web, pero no sabe que Lucía es, además de su odiada bloguera, la preciosa chica con la que acaba de tener una cita y que le ha robado el corazón con su físico y su simpatía. Tenía muchas ganas de leer esta historia porque, acostumbrada a una Nieves Hidalgo hablándome de enaguas, kilts o cuernos de vikingo, tenía curiosidad por descubrir cómo se desenvolvería en una historia contemporánea. El resultado, en mi opinión, ha sido óptimo, ya que no solo me ha gustado mucho la caracterización de sus personajes, sino que, además, me he divertido a lo grande con esta novela. "A la ocho en el Thyssen" es una lectura fresca, narrada en clave de humor y con unos personajes, tanto principales como secundarios, que enamoran. A pesar del instalove de nuestros protagonistas, el peso de la trama recae sobre los momentos en que ambos están enfrentados, por lo que el lector no bajará en ningún momento el nivel de expectación por saber cuál será el siguiente paso que dará uno de los dos para sorprender a su contrincante. Creo que Nieves ha sabido adaptar muy bien los diálogos a cada uno de sus personajes. María, Carlos, Jose, Asier...los amigos de Álex y Lucía son, cada uno de ellos, únicos y excepcionales. Ni qué decir tiene que el hecho de que la protagonista tuviera una web de reseñas literarias ha sido un punto a favor de esta lectura, ya que me he sentido muy identificada con muchas de las reflexiones que se plantean sobre el mundo editorial y en general, de la blogosfera. Si os apetece una lectura sencilla pero capaz de arrancaros una sonrisa, esta es una maravillosa opción. Por mi parte, me quedo esperando que en un futuro no muy lejano, pueda disfrutar de una copa de vino blanco en la terraza del Thyssen.
hace 1 año