El autor de la novela 1421 nos ofrece otra asombrosa revisión de la historia con nuevas pruebas que sitúan las raíces del Renacimiento en los viajes de exploración chinos del siglo XV. Mientras los libros de historia sostienen que fue el resultado del redescubrimiento de la Grecia y la Roma clásicas, Menzies presenta la idea revolucionaria de que en el año 1434 China, entonces la sociedad más avanzada del mundo, jugó un papel importante. Desde esa fecha, Europa adoptó ideas, descubrimientos e inventos que hoy forman la base de la civilización occidental. Tras años de investigación, Menzies defiende en esta maravillosa historia que una flota china, en la que viajaban embajadores oficiales del emperador, llegó a la Toscana en 1434, donde el papa Florencio IV la recibió en Florencia. La delegación mostró al influyente Papa una gran cantidad de conocimientos en muchos campos: arte, geografía -incluyendo mapas del mundo que llegaron a manos de Colón y Magallanes-, astronomía, matemáticas, imprenta, arquitectura, armamento militar, entre otros. Este inmenso tesoro se difundió por toda Europa y propició la famosa creatividad del Renacimiento e influyó en la obra de genios como Leonardo, Copérnico y Galileo.