El Tokaido es, quizás, la ruta más importante del período Edo y unía la ciudad de Edo (actual Tokio) con Kioto. El trayecto se realizaba, principalmente, a pie a pie y es por eso que surgieron 53 paradas a lo largo del camino para que los viajeros pudieran descansar, relajarse, comprar alimentos... El autor nos lleva a través de esta ruta de la mano de sus protagonistas Yajirobei y Kitahachi, dos pillastres, sin oficio conocido, que emprenden el camino para llegar al Santuario de Ise, con el "supuesto" fin de redimir sus pecados. Pese a sus intenciones iniciales, su viaje se convierte en una espiral de situaciones graciosas, de estación en estación, donde el disfrute de la comida y la bebida, las mujeres, las casas de té, etcétera pasa a ser su objetivo principal. Sus aventuras, cargadas de humor e ironía, permiten al lector conocer las costumbres del Japón de principios del siglo XIX. El elenco de personajes con los que se van encontrando los protagonistas también nos dan una visión de cómo eran las relaciones entre las distintas clases sociales de la época. Tratándose de una obra enmarcada dentro de la novela picaresca, y escrita en los inicios del siglo XIX, podría parecer una lectura difícil para el lector actual. Lejos de ello, el lenguaje rápido y directo que utiliza el autor, hace que la lectura sea ágil, amena y divertida. Dos detalles añaden valor al libro. Uno son las ilustraciones (reproducciones de los grabados de Hiroshige); el otro, las notas aclaratorias a pie de página, que aportan multitud de datos y permiten al lector interpretar situaciones, hechos y personajes que aparecen a lo largo del texto. Una obra muy recomendable y de fácil lectura, para disfrutar, reír, y adentrase en la cultura japonesa. (Quelibroleo – mayo 2014)
hace 10 años