Cervantes consideró esta novela como su obra maestra, mejor que “El Quijote” y, la verdad, le doy la razón. “El Persiles” es uno de los primeros modelos de las historias de aventuras consideradas “realistas”, antecedente de las novelas de Dumas y Verne. La novela bizantina, vista como una evolución de la novela de caballerías (que hoy podríamos ver como antecedente de las novelas de fantasía) se consideró como descendiente de las grandes epopeyas de la antigüedad (Homero, Virgilio) y fue vista como la mayor expresión artística de un literato (que tiempos tan idílicos, la verdad). El trabajo de Cervantes en “El Persiles” es SUBLIME. Cada personaje trae consigo su historia y todas se suceden a tiempos distintos y al final las acaba hilando a la trama principal en una tarea que resulta difícil y que requiere de un gran esfuerzo. Cervantes la tuvo en alta estima y creyó que sería su gran obra, reconocimiento que al final se llevó “El Quijote” pese a que, en su época, ese privilegio lo tuvo “El Persiles”. La leí con grandes expectativas y la verdad, disfruté mucho de la lectura. Aprendí mucho tanto de él como de la novela bizantina y de la novela griega y me parece increíble que, en la actualidad, sea menos conocida que otras de sus creaciones como las “Novelas Ejemplares” (que no me gustaron) o “La Galatea” (a la que le tengo bastantes ganas). Todo amante de las historias de aventuras debería leerla para conocer los orígenes del género y apreciar la evolución que este ha ido experimentando a lo largo de la historia.