En 1615 Cervantes publica Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados. Estas ocho comedias son El gallardo español, La casa de los celos, Los baños de Argel, El rufián dichoso, La gran sultana doña Catalina de Oviedo, El laberinto de amor, La entretenida y Pedro de Urdemalas. Pero Cervantes destaca especialmente en el teatro menor. Sus entremeses (nombre que se refiere al mismo concepto que el de pasos) están escritos en prosa y en verso. Son obras breves que se representaban entre los distintos actos de la comedia. La influencia en ellos de Lope de Rueda, a quien Cervantes admiraba, es significativa; de este autor toma el gusto por un lenguaje verosímil y por algunas de sus figuras. Sin embargo, Cervantes crea tramas más elaboradas y presenta una mayor caracterización de sus personajes, que retratan con maestría el mundo popular. Los títulos de estos entremeses son El retablo de las maravillas, El viejo celoso, El juez de los divorcios, La elección de los alcaldes de Daganzo, El vizcaíno fingido, La cueva de Salamanca, La guarda cuidadosa y El rufián viudo llamado Trampagos. Sus entremeses muestran, desde una perspectiva burlesca, muchos de los temas tratados por el autor en la narrativa o en sus comedias, como el matrimonio, el honor, el dinero, el desengaño o el contraste entre ficción y realidad. Aunque la mayoría de ellos se desarrollan en un ambiente urbano, cuando aparece el campo, este no se encuentra idealizado. Los personajes que presenta, como corresponde al género, proceden de la marginación y, en general, de las clases menos privilegiadas. Los entremeses plantean los conflictos de estos personajes con las normas sociales. Frente al teatro de Lope de Vega, que, como se verá, apoya la realidad de su tiempo y el orden social establecido, los entremeses de Cervantes ocultan, detrás de la risa, una mirada crítica hacia estos valores dominantes. La cueva de Salamanca plantea el motivo del esposo burlado. Pancracio, el marido, es un personaje caracterizado por la credulidad extrema y recuerda a la figura del bobo presente en el teatro de Lope de Rueda. Su mujer, Leonarda, y el estudiante son los principales creadores del engaño al que se le somete. Esto es posible en parte gracias a la desmedida afición de Pancracio por las artes ocultas y por su falta de juicio. Por esto, en la obra se advierte que él es también culpable de los engaños de su esposa. En este entremés Cervantes, a través de la comicidad, critica la superstición y la falta de confianza en la razón. Hacia 1615 Cervantes publicó una colección dramática titulada Ocho comiedias y ocho entremeses nuevos nunca representados: Comedias: Suelen clasificarse según el tema: De cautivos: experiencia argelina: Los tratos de Argel, Los Baños de Argel y la más importante La gran sultana De santos: El rufián dichoso(sobre la vida de Cristóbal de la Cruz) Caballerescas: con abundancia de elementos mágicos y caballerescos: La casa de los celos y El laberinto de amor. De costumbres y enredos: Pedro de Urdemalas Tragedias: Su obra dramática más famosa es La Numancia, compuesta hacia 1585 en la que se dramatiza el cerco que se lleva a cabo en época de Escipión para tomar la ciudad y la defensa heroica de sus habitantes que deciden matarse entre sí y suicidarse. Entremeses: En la tradición de Lope de Rueda, Cervantes compuso ocho entremeses en prosa y verso. El retablo de las maravillas: utiliza el cuento de los embaucadores que presentan un objeto que solo peden ver los escogidos, en este caso, los cristianos viejos. El juez de los divorcios: varios matrimonios se presentan ante un juez alegando las causas de su petición de divorcio. El rufian viudo: similar en situaciones al desenlace de Rinconete y Cortadillo . Trata con ironía y tono cómico la muerte de la esposa de un personaje del hampa. El viejo Celoso y La cueva de Salamanca: Cervantes acude a cuentos folclóricos para presentar dos casos de maridos engañados. La guardia cuidadosa: disputa de las armas y las letras