Teatro plagado de figuras marginales, personajes grotescos que parecen salidos del carnaval. Es el esperpento. Ante esta gran obra, y como diría el autor: "Me quito el cráneo". La he vuelto a leer después de varios años y no ha sido una lectura fácil, he tenido que "googlear" mucho buscando palabras, expresiones y para conocer el contexto socio-histórico y político en el que se desarrolla la historia. En esta obra, el autor introduce un género, el del esperpento, que define en la escena XII. Se trata de ver la realidad como a través de un espejo cóncavo (como esos de las ferias que tanto nos hacen reír), para así ver todo lo grotesco y absurdeo de la vida. "Los héores clásicos reflejados en los espejos cómicos dan el Esperpento", "Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas", "España es una deformación grotesca de la civiliación europea". El protagonista, Max Estrella, es un sujeto ingenioso, irónico, burlón, inteligente y divertido. Y su compañero, Don Latino, no se queda atrás. Termino diciendo que la riqueza léxica de esta novela es muy grande, tanto en el lenguaje intelectual de los dos protagonistas como en el habla de las clases populares. Una joya de la literatura
hace 12 años