Ethelberta Petherwin está casada con el hijo del matrimonio para el que trabaja como gobernanta, pero enviuda a la edad de veintiún años. Desde entonces, no deja de esforzarse por mantener su posición social mientras esconde sus orígenes humildes. Se traslada a Londres, donde desarrolla una exitosa carrera como poetisa mientras que, para disimular su estatus, emplea a sus propios hermanos como sirvientes y oculta que su padre trabaja como mayordomo en una casa. Su carrera literaria es fructífera y tiene pretendientes muy diferentes entre sí.