Retratos de ambigú o cómo una mala novela puede ganar el Premio Nadal. Pues es, esta novela es mala con ganas. El autor demuestra en algunas páginas que sabe escribir pero la mayoría del texto no vale más que para maldecir los criterios de selección de obras literarias. Las historias son muy flojas, apenas se apuntan, y el libro se rellena con una serie de descripciones innecesarias y vacías de contenido. Especial mención para las lamentables páginas (pocas, por suerte) sobre el romance entre Vidal y Blanca.
hace 1 día
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