Tiene altibajos. La voz narrativa de la niña quizá resulte a veces algo artificial. No es, desde luego, la mejor obra de Martínez de Pisón, pero sigue siendo, como todo lo de él, fascinante y entrañable.

De los escritores suele decirse que se consolidan como tales una vez que se extrae de su obra elementos que ofrecen una visión de sus pensamientos más recurrentes. En Martínez de Pisón, las historias familiares y la realidad sociológica de la segunda mitad del siglo XX en España son esos signos. Si en “Dientes de leche” , el autor consigue mantener intacto el interés del lector en el desarrollo una novela extensa, narrando la historia de una familia a lo largo de tres generaciones, en “El Tiempo de las mujeres” desarrolla a tres voces la historia de otra familia durante la transición española, alternando en cada capítulo, en primera persona, a cada una de las hermanas. En ambas novelas, otro elemento común en el autor es la forma con que las miserias de la familia protagonista se ocultan hasta que salen a la superficie. Ofreciendo una incursión en la narrativa corta (menos de 200 páginas en letra grande), “María Bonita” sigue la estela de las anteriores. A través de los ojos de una niña, Martínez de Pisón retrata la realidad de la España de los años del desarrollismo ofreciendo un contraste entre la imagen de progreso, creada por la adquisición de los primeros seiscientos y la extensión de los televisores en cada hogar, y el lado oculto que el régimen no dejaba ver. La vida de una niña, que observa a su madre limpiando casas a destajo para ayudar a sacar adelante a una familia en la que el padre, recién empleado en una fábrica de un barrio obrero de nueva construcción en Madrid, es perseguido por sus ideas socialistas. En colisión con ellos, la figura idealizada de la hermana de la madre, perteneciente a la clase alta y que se convierte para la niña en un ejemplo de lo que desea para ella el día de mañana en oposición a sus padres. A medida que se van dejando entrever los negocios turbios de la tía de la menor, la historia va ganando tensión hasta llegar a un final inesperado que rompe la imagen que la niña tenía de las cosas y que refleja la realidad de una época en la que la apariencia limpia de algunos no dejaba ver la suciedad que había tras ellos. A través de novelas como esta, Martínez de Pisón reválida su condición de miembro del -a mi juicio- triunvirato de oro de la literatura española contemporánea que forma junto a Javier Cercas y Almudena Grandes. antoniocanogomez@wordpress.com

Magnífica prosa para una historia del pasado de una niña que intenta huir de su rutinaria y pobre vida en una colonia de la mano de su tía rica y con una actividad económica poco clara.

Lo recuerdo como un libro que me dejó a medias. Esperaba más. Sin embargo, es muy fácil y agradable de leer.

Excelente novela de principio a fin. Para mí, es la mejor de Martínez de Pisón. Refleja muy bien esa España triste y a la vez esperanzada de finales de los 60 y principios de los 70. Su brevedad es la que la hace grande. Con ella se hace verdad el dicho de que "lo bueno, si breve, dos veces bueno". No hay que extenderse en páginas y más páginas para contar una buena historia que sepa atraparte y llegarte el corazón.

Bien narrada, agradable y entretenida, sin más.

Es una novela cortita y deliciosa que se lee de un tirón. Nos adentra en el mundo de Madrid de finales de los años sesenta de la mano de una niña que tiene una familia peculiar. Recomendable.