La historia de la familia March es la crónica de una huida. El patriarca de esta dinastía mallorquina logró convertirse en uno de los hombres más ricos del mundo con la mayor compañía de contrabando. Juan March Ordinas consiguió escabullirse de las autoridades comprándolo todo menos lo que no tiene precio: su honor. Juan March legó a sus descendientes una ingente fortuna pero también la sombra de un crimen pasional y la vitola de ser «El último pirata del Mediterráneo». En su testamento sólo exigió el «recuerdo perenne de su memoria». Las actuales cabezas visibles de la saga, sus nietos Juan y Carlos March, lejos de reivindicar la figura de su abuelo, huyen. Pero ya no lo hacen de las autoridades sino de la sombra de su pasado. Viven atenazados por el origen de su fortuna, perseguidos por la figura de su abuelo y cultivando el oscurantismo como una extraña forma de vida.